El ejercicio estimula el sistema inmunológico y ayuda a mantener su peso bajo control. Con tan solo tres horas de ejercicio a la semana, o unos 30 minutos al día, una mujer puede comenzar a reducir su riesgo de cáncer de mama. Esto tampoco requiere ir a un gimnasio. ¡Caminar es más que suficiente!

 
 

 
 

El cáncer de mama no se puede prevenir, pero

una dieta nutritiva y baja en grasas ayuda a desarrollar un mejor sistema inmunologico. El consumo de muchas grasas aumenta el riesgo porque la grasa desencadena la producción de estrógeno, el cual puede impulsar el crecimiento de un tumor.

Fumar es un factor de riesgo confirmado para muchos tipos de cáncer.

Además, el humo de segunda mano también es un factor de riesgo para el cáncer. Fumar también contribuye directamente otras enfermedades pulmonares y del corazón.

La moderación es clave.

Se ha demostrado que una bebida al día aumenta ligeramente el riesgo de cáncer de mama y consumir más de 2 diarias puede ser un factor de riesgo más importante.

El alcohol también aumenta el estrógeno en el torrente sanguíneo.

Existe un mayor riesgo de cáncer de mama para las mujeres que

han estado usando píldoras anticonceptivas durante más de cinco años; Sin embargo, hoy, debido a la baja cantidad de hormonas en las píldoras anticonceptivas, el riesgo es relativamente pequeño.

Sí existe.

A principios de la década de los 2000, la Sociedad Americana contra Cáncer agregó la TRH a la lista de cancerígenos. Se recomienda que las mujeres con riesgos conocidos no reciban TRH para controlar los síntomas de la menopausia. En su lugar, deberán buscar otras alternativas más seguras.

Hágase un autoexamen de mamas una vez al mes.

Las mujeres deben realizarse el autoexamen de mamas entre 7 y 10 días después de que comienza su período menstrual, que es también cuando sus mamas están menos sensibles y con bultos.

La dosis de radiación que recibe la tiroides por una mamografía es extremadamente baja.

La tiroides no está expuesta al haz directo de rayos y el riesgo de cáncer debido a radiación dispersa es menor de uno en 17.1 millones de mujeres comparado con el riesgo de ser diagnosticada de cáncer de mama (1 en 8).

Una mamografía comprime los senos

A veces, puede causar molestias leves durante un período de tiempo muy breve. Las pacientes que son sensibles deben programar sus mamografías una semana después de su ciclo menstrual para que los senos estén menos sensibles. Su médico también puede recetarle acetaminofén una hora antes de que se realice la radiografía para evitar molestias.

La lactancia materna puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama,

pero requiere que sea continua durante un tiempo relativamente largo.

Un estudio realizado en el 2019, encontró que las mujeres que usaban alisadores químicos al menos cada cinco a ocho semanas tenían un 30 % más de probabilidades de desarrollar cáncer de mama.

Si bien la asociación entre el uso de alisadores químicos y el cáncer de mama fue similar en mujeres afroamericanas y blancas, el uso de alisadores químicos fue mucho más común entre las mujeres afroamericanas.

Las mujeres que comenzaron sus ciclos menstruales antes de los 12 años,

o que no tienen hijos biológicos, o que tuvieron su primer hijo a los 30 años o más, o que comenzaron la menopausia después de los 55 años, corren un mayor riesgo.

Debe hacerse un examen físico todos los años

Que debe incluir un examen clínico de los senos y un examen pélvico. Si se presentan síntomas inusuales o cambios en sus senos antes de su visita programada, no dude en comunicarse con su médico.